Descripción
¿A qué se debe que conozcamos galaxias lejanísimas, o el átomo más diminuto? A nuestra capacidad para manejar números. Gracias a ellos podemos lanzar un cohete al espacio o aumentar un millón de veces algo minúsculo; con su ayuda hacemos visible lo invisible, posible lo imposible. Son nuestra herramienta para empezar a comprender el infinito.
